El viernes estuve invitada a una fiesta, y el dress code no era nada claro. En la invitación indicaba que era una "Gala", así que eso sirvió de excusa para que algunas se vistieran como si fueran de boda, rescatando alguno de sus looks de bodorrio de hace veinte años (por lo menos), mientras que otros se vistieron como si pasaran por allí de casualidad, con vaqueros y deportivas. Yo creo que en este país tenemos un serio problema con cómo ir vestido en cada ocasión. Con lo fácil que es tomar la salida del medio e ir con algo mono y discreto. Yo es que debo demasiado sobria (será por ser de Bilbao), y creo que es mejor pasarse de informal que de peripuesta. Para mi gusto (opinión personal totalmente), queda hasta un pelín hortera pasarte de elegante. Como un quiero y no puedo.
Se puede ir mona de mil maneras diferentes sin parecer que vas a dar las uvas junto con la Pedroche o la Igartiburu. Por supuesto, con un vestido negro de esos que nos saca de tantos apuros, con una falda de vuelo, con la blusa de calidad con la que te sientes poderosa, con el vestido que te sienta como un guante, incluso pueden servir unos vaqueros o unos pantalones negros si eliges unos buenos complementos, es decir, si los llevas con tacones, con pendientes, con una buena blazer, con algún collar bonito, con el pelo arreglado y un pintalabios rojos...
Os dejo una foto con las bloggers de Bilbao, todas monísimas y perfectas para la fiesta. Yo llevo un vestido azul y negro de Sandro que me encanta.
Yo creo que el éxito consiste en que se vea que te has tomado la molestia de prepararte para la fiesta (y no que te has puesto lo primero que has pillado), pero sin pasarte de la raya. ¿Os parece demasiado complicado?
